lunes, 15 de septiembre de 2008

Artesanía de Isla de Pascua



Tallado en Madera:

Es una de las expresiones artesanales más importantes de la cultura Rapa Nui –Isla de Pascua- y de la cultura Mapuche –en el sur del país.

A pesar de su escasez, la madera fue el recurso preferido por los hombres del pueblo Rapa Nui para la realización de una gran variedad de expresiones artísticas. Piezas elaboradas en toromiro, la madera más apreciada por su dureza y calidad, sólo se encuentran en museos y colecciones privadas. Actualmente, el miro tahiti, nueva especie introducida en la isla, es la materia prima más utilizada por los talladores.

En el origen de las imágenes se asigna un rol preponderante al ariki -rey- Tuu-ko ihu, quien -según la leyenda- habría sorprendido, mientras dormían en el camino, a dos aku-aku –espíritus- cuyas imágenes talló para dominarlos.


Así habría nacido el moai kava kava, con las costillas salientes. Las otras imágenes tradicionales serían el moai tangata o figura masculina normal; el moai tangata manu u hombre pájaro: el moko o lagartija; el reimiro o pectoral en forma de media luna; el tahonga o pendiente en forma de huevo; el ao o remo de mando, símbolo de poder, y el rapa o remo.


Juegos de Isla de Pascua


Un juego muy divertido paro los isleños es deslizarse por las laderas de las colinas tendidos o sentados sobre hojas de plátano. En lengua rapanui se llama haka-nini.

Otro juego tiene que ver con el mar y en él compiten deslizandose sobre las olas tendidos sobre totoras. Es parecido a lo que ahora se conoce como “surf”.

Tal vez has jugado a “la cunita”, que consiste en ir entrelazando una cuerda con los dedos y formando figuras. Este es uno de los juegos más típicos de Rapa Nui y allí se llama Kai-Kai. En esta competencia participan chicos y grandes y mientras hacen las figuras van cantando o recitando versos. Gana la persona que puede sacar más figuras.

Vestimenta Rapa Nui

Los antiguos nativos de Rapa Nui usaban como vestimenta un taparrabo confeccionado con fibras vegetales tejidas, pero la mayor parte del tiempo andaban desnudos.

Los sombreros eran muy importantes y de diversas formas, los había de plumas y fibras vegetales. Como adorno se colocaban collares de conchas, collar, vegetales o madera tallada. Hombres, mujeres y niños, a partir de los 8 años , se tatuaban completamente el cuerpo. El tatuaje era tarea de artistas que utilizaban tierras de color, hierba y raíces como material y una espina de pescado o un hueso afilado como aguja. Ellos también sabían como evitar las infecciones de las heridas dejadas por el tatuaje.

El tatuaje es una costumbre entre los rapanui, pues para ellos es como una forma de identificación. Los dibujos de los tatuajes son característicos solo de su cultura.

En el presente los rapanui usan sus tatuajes tradicionales en fiestas y ceremonias. Las mujeres llevan faldas de Mahute, una fibra vegetal, o pareos al estilo polinésico y se adornan el cabello con flores de hibisco. La mujer soltera lleva la flor a la derecha y la casada a la izquierda.

Bailes y Danzas de Isla de Pascua

En Isla de Pascua existe una interesante música autóctona enraizadas en viejas tradiciones y leyendas transmitidas oralmente de generación en generación. En la imaginación de sus cantores se ha observado un folclor de cantos rurales que se diferencian con los cantos actuales de origen Polinésico en que son de carácter más alegre.

Sau Sau

Una de sus manifestaciones es el Sau-Sau, que es un canto y danza popular pascuense de origen samoano, que se ha convertido en un baile característico de la Isla. Además se interpretan otros cantos y danzas populares dedicados a sus dioses, a los espíritus guerreros, a la lluvia y al amor. Los pascuenses son buenos bailarines y parece que su gran pasión fuera la música y la danza. Son regionalistas y sólo bailan sus propios bailes como el popular “Sau-Sau”, el “ Tango Pascuense”, el “Tari-Tarita” y otros bailes llegados de Tahiti.

Las canciones son interpretadas por conjuntos o algunos cantores populares de la isla que se agrupan en torno a sus propios instrumentos musicales y comienzan a bailar y a cantar, palmoteando con sus manos, moviendo la cintura y la cabeza al mismo tiempo.

Sau Sau.

En las fiestas el sitio de honor corresponde al Sau Sau, de orígen samoano, que los habitantes fijan la fecha de importación en los años ‘40, que en la isla ha tomado características propias.

Durante la noche se organizan reuniones, en que se efectúa esta danza, en que las mujeres muestran toda su gracia y soltura, dentro de una movilidad cadenciosa, que acompañan con el movimiento ondulante de sus manos. En el Sau Sau, las parejas se unen y apartan con movimientos rápidos de caderas.

En esta danza, los pascuenses, en especial las mujeres, se ponen una vestimenta de plumas de colores, que conjuntos modernos de danza están introduciendo.

Ula Ula

Danza de origen tahitiano, se baila en la Isla una reminiscencia del original, según el doctor Ramón Campbell. “Danzando generalmente en ritmo de corrido vivo, las parejas acostumbran bailar separados, haciendo ondular especialmente las caderas en forma lateral, suavemente, y descansando los pies alternativamente sobre el talón y la punta de los dedos, con rotación de ellos. Las mujeres acompañan el baile con gráciles movimientos de los brazos, haciéndolos ondular en forma muy armoniosa, ya a un lado ya hacia el otro, imitando en muchas ocasiones el acto de peinarse los cabellos con una mano y contemplarse en un invisible espejo con la otra mano. Todo esto con una gracia y sugerencia muy femenina y cautivadora. No suele haber en este tipo de danza movimientos indecentes o provocativos. Se suele alternar el movimiento bailable con figuras, las cuales las piernas se van flectando paulatinamente hasta casi tocar las asentaderas con los talones, y tomando posición de cuclillas sin dejar de ondular rítmicamente y alzarse después en forma inversa. Tamuré.

Danza propiamente tahitiana, cuya gracia radica en dos aspectos principales. Por una parte, la verdadera acrobacia que es preciso desarrollar con las piernas, en movimientos extraordinariamente rápidos y la ejecución de movimientos de vaivén pelvianos más o menos violentos (R. Campbell).

Los que ejecutan bien esta danza son los hombres que han viajado a Tahiti. Las mujeres en contadas oportunidades se atreven a hacer los pasos o figuras del Tamuré tahitiano.

Danzas y cantos actuales son estilizaciones del folclor polinésico. De origen reciente están el Vals tahitiano y el Tango pascuense.

Música de Isla de Pascua


Alrededor del siglo V de nuestra Era, cuando América aún no era descubierta, surcaban el Océano Pacífico pequeñas embarcaciones polinesias que navegaban con rumbo este.


Al parecer nunca llegaron hasta el continente, pero cuando ya desesperaban por lo solitario y vasto de su recorrido, encontraron un territorio insular deshabitado en el cual desembarcaron. Era una isla triangular ―conocida ahora como Isla de Pascua― y ahí comenzaron a acumular leyendas y costumbres, muchas de las cuales hasta ahora constituyen un misterio.

Cuál es su nombre...

En todo el mundo se la conoce como Isla de Pascua, nombre impuesto por el marino holandés Jacobo Roggeween, quien la descubrió durante la Pascua de Resurrección de 1722. Sin embargo, antes y después este territorio ha tenido otros nombres.

Existen muchos indicios de que los nativos llamaron a este lugar Te Pito o Te Henúa (ombligo del mundo), y también Mata Kiterage (los ojos que miran al cielo). Resulta menos probable que alguna vez hayan bautizado a su tierra como Rapa Nui , ya que éste es un vocablo maorí y los investigadores estiman que le fue puesto por algunos tahitianos que pasaron por ella en el siglo pasado.

Con posterioridad al descubrimiento de Roggeween, también se dieron otros nombres a este territorio insular: se le llamó Isla de San Carlos cuando los españoles tomaron posesión de ella en 1770, y Teapi y Vahiu cuando el navegante inglés James Cook se refería a ella en sus relatos.

Esta isla posee su propia cultura y creencias que con el paso del tiempo se han mantenido inalteradas. Ahora veremos parte de los instrumentos musicales, bailes, danzas, mitos y leyendas que los continentales conocemos...

1.- Instrumentos Musicales:

Maea:

Estas eran piedras duras, redondas sonoras y musicales que se golpeaban rítmicamente y acompañaban los conjuntos de cantos. Estas piedras eran extraídas del lecho marino, por ser resistentes.

Los cantos antiguos eran acompañados con las manos, golpeando las palmas. En las danzas estaban los sonidos en forma rimada proferidos por la garganta; y el ritmo era marcado con un báculo de madera con el cual se golpeaba el suelo, maza alargada llamada ua , de forma como remo delgado.

Keho:

Tambor primitivo de piedra. Se hacía un hoyo ancho en la tierra, y en el fondo de éste se hacía otro más pequeño y circular, donde se colocaba una calabaza vacía cubierta con una piedra laja. Sobre esta piedra, un cantante o danzante golpeaba con sus pies desnudos fuertemente siguiendo el ritmo de la música. El efecto obtenido por el retumbar del aire contenido en el hoyo, al cual la calabaza hacía de caja de resonancia.

Hio (aerófono):

Especie de flauta de caña de bambú con agujeros. Por las referencias debió tener un sonido lastimero. La palabra hio, tahitiana, significa silbar o soplar.

Kauaha (idiófono):

Mandíbula de equino desecada en forma natural. Los huesos maxilares inferiores conservan en los alveólos dentarios todas las piezas sueltas, que no se salen debido a su forma. Al golpear la quijada, que se coge en la parte delantera, contra el suelo o contra la palma de la otra mano, produce dos sonidos.

Ukelele (cordófono):

Este instrumento llegó desde la Polinesia. También recibe el nombre de guitarra hawaiana. Es similar en su caja a la guitarra, pero mucho más pequeña y solamente con cuatro cuerdas.

Guitarra (cordófono):

De fabricación isleña, fue muy usada en los tiempos pasados. Ahora, la mayoría es llevada desde el continente.

Upa-Upa (aerófono):

Se le llama así al acordeón de botones o teclado

Deportes Aventura en Rapa Nui


Sumergirse en cristalinas aguas y explorar la maravillosa topografía submarina; navegar en embarcaciones tradicionales sintiéndose un hombre que conoce todos los secretos del mar; esperar con paciencia y obstinación que algún pez pique la carnada; tratar de dominar las olas de un mar hermosísimo que suele enfurecerse.

Caminar sin pensar en el cansancio, descubriendo volcanes, cavernas, y unos extraños hombres esculpidos en piedra; andar a caballo, tirando las riendas, sintiendo el calor del animal y su paso suave por senderos apaciblemente ondulantes.

Aventuras en una isla lejana que hoy se acerca al mundo: Pascua, la tierra de los Rapa Nui, es, ahora, sinónimo de desafíos, retos y de excitantes encuentros con la naturaleza; porque aquí, quienes aman el mar pueden explorar sus cristalinas profundidades o dominar las izquierdas y derechas de las olas gigantescas o navegar como lo hacían los antiguos.

Si su fascinación son los caminos, en Pascua se sentirá en el paraíso. En la isla se puede ir y venir a caballo o a pie; eso sí, en cada tramo encontrará algo singular, imágenes únicas y espléndidas que quedarán grabadas en sus recuerdos y, serán, un capítulo importante de su historia personal.

Mitología de Isla de Pascua

Tal como ocurre en otros lugares de Chile, en Isla de Pascua la mitología también ha desarrollado una cosmovisión particular, que ha llevado a sus habitantes a explicaciones muy singulares sobre la creación del hombre y de su territorio.


La vida campestre que se desarrolla en la zona central de Chile ha contribuido a la creación de mágicas historias y de seres fantásticos. Como por lo general estas historias han sido transmitidas en forma oral, la versión original se ha ido modificando a través del tiempo, pero siempre sigue representando las vivencias propias de un lugar.

Tal como ocurre en otros lugares de Chile, en Isla de Pascua la mitología también ha desarrollado una cosmovisión particular, que ha llevado a sus habitantes a explicaciones muy singulares sobre la creación del hombre y de su territorio.

Make-Make está representado en Isla de Pascua como el creador del mundo. El mito cuenta que Make-Make siempre miraba la Tierra que había creado, pero sentía que algo le faltaba. Un día, por casualidad, tomó una calabaza que estaba llena de agua, y al mirar dentro vio con asombro que su rostro se reflejaba en ella. Muy sorprendido por lo que había descubierto, saludó a su propia imagen y en ese preciso instante un pájaro de posó sobre su hombro. Al ver que su imagen en el agua se aparecía con un pico, alas y plumas, Make-Make tomó el reflejo y lo unió con el del pájaro, naciendo así su primogénito.

Después de algún tiempo, Make-Make pensó crear a un ser a su imagen, que supiera hablar y pensar como él lo deseaba. Fue así como probó fecundar las aguas del mar, las que se poblaron de peces. Finalmente, fecundó una piedra en la que había tierra colorada, y de ella surgió el hombre. Make-Make se puso muy contento al ver que el hombre estaba formado a su imagen y semejanza, pero como encontró que se veía muy solitario, lo hizo dormir y fecundó una de sus costillas izquierdas, creando así a la mujer.

Se dice que en los tiempos antiguos la tierra de Rapa Nui era muy grande, y que Uoke, el dios devastador, tenía gran poder sobre ella. Podía producir movimientos sísmicos para hundirla o levantarla cuando lo deseaba, usando para ello una palanca. Cierto día, cuando Uoke estaba divirtiéndose levantando parte de Rapa Nui, se le quebró la palanca. De esta manera, Rapa Nui quedó más abajo, y como afloraron solo las cúspides de las montañas, el continente sobresalió. Fue así como se formó esta isla, bautizada con el nombre de Te-Pito-Te-Henua o El Ombligo del Mundo.

Leyenda de Los Siete Exploradores

Los historiadores han aceptado la existencia de Hotu Matúa y las circunstancias de su llegada a la Isla de Pascua. Y en este marco analizan el relato de los siete exploradores.

El mito señala que, precediendo al viaje de su rey y por instrucciones de un vidente, siete navegantes llegaron a la isla buscando un lugar adecuado para instalarse y sembrar ñame, (tubérculo base de la alimentación de los inmigrantes). Dos de ellos traían, además, un moai y un collar de madreperlas, que escondieron y que luego dejaron abandonados cuando regresaron a su tierra de Hiva. Sólo un explorador se quedó en la isla.

Varios estudiosos han rescatado de este mito algunos hechos comprobables: que cuando Hotu Matúa llegó a la isla, ésta ya estaba poblada; que ya existía en ella el ñame; y que también había moais.

Otros deducen además, que los siete exploradores simbolizan a siete generaciones que habitaron el lugar; o tal vez a siete tribus inmigrantes, de las cuales sólo una sobrevivió y se mezcló con la gente de Hotu Matúa.

Los hechos han permitido establecer que el rey Hotu Matúa murió 20 años después de su llegada a la isla y que le sucedió su hijo mayor, Tuu Maheke. El último de esta dinastía fue Gregorio o Roroko he tau, llamado también el rey niño, que falleció en 1886, y aunque los pascuenses gustan de pensar que la sucesión dinástica no tuvo desvíos ni interrupciones, hay varios indicios de que el linaje dinástico tuvo muchas alteraciones.

Se sabe que poco después de los primeros polinesios llegó a la isla una segunda inmigración. El origen de estos nuevos pobladores es polémico, ya que sus características raciales difieren de las de aquellos que entonces se consideraban “nativos”.
A los nuevos habitantes se les llamó Hanau eepe, lo que literalmente quiere decir “raza ancha”, y en efecto, éstos eran más corpulentos y robustos que los Hanau momoko o raza delgada que ocupaban desde antes el lugar.

Los Hanau eepe tenían muy desarrollados los lóbulos de las orejas razón por la cual muchos antropólogos los asocian con los incas y sus nobles orejones descritos por Francisco Pizarro en sus informes. Pero éste, como muchos otros es un misterio no desentrañado aún. Por el momento, los orejas cortas y los orejas largas son protagonistas históricos de origen confuso, pero cuya existencia está afianzada con reales testimonios en el pasado.

Make-Make, creador del mundo

Make-Make había creado la Tierra, animales y plantas, pero como se sentía solo, pensó en crear un ser que hablase y pensase igual que él. Fecundó la piedra, sin resultados. Fecundó el agua y creó los peces. Fecundó entonces la tierra y nació el hombre. Contento con su creación, se dio cuenta de que el hombre necesitaba compañía y así nació la mujer.

Aku-Aku

Una tarde de mucho calor, unos demonios se despojaron de su vestuario y se acostaron a dormir una siesta. Un joven pasó por el lugar y vio que sus cuerpos eran esqueletos. Un demonio atisbó al joven y despertó a sus compañeros, que capturaron al testigo de su desnudez, preocupados por el hecho de que si éste hablaba, quedarían en ridículo ante la comunidad; por tanto, le hicieron jurar que no revelaría nada de lo que había visto.

Cuando se vio libre de ellos, el joven talló la forma de los demonios en una madera, como medio de comunicar a los suyos lo que había visto. Esta figurilla, denominada Aku-Aku, que representa a un diablo con forma de esqueleto, ha sido reproducida infinidad de veces.